Boletín de medicina, cirujía y farmacia.

Date:
1835
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Credit: Boletín de medicina, cirujía y farmacia. Source: Wellcome Collection.

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    Núm. 35. Tomo 2.'' =i835. Jueves 29 de Enero. DE MEDICINA, CIRUJÍA Y FARMACIA. Í-Jí¡ I ■ > Se publica todos los jueves, y se suscribid en Madrid en el despacho de la Imprenta Real, y en las iiroviiicias en lodas las Adiuinislracioues de la'Península é Islas adyacentes. El precio de la suscripción en Madrid será de 20 rs. jwr trimestre, oS por semestre, y 74 por año, llevado á las casas de los suscriplores , y en las provincias, franco de porte, aG rs. por trimestre, 5o por semestre, y 96 por ano. , La redacción se halla en el despacho de la Imprenta Real, á donde se dirigirán todos los avisos, comunicados y reclamaciones, teniendo entendido que no serán admitidos sino francos de porte. Como la redacción es responsable de cuanto publique, se hace necesario que los artículos comunicados vengan firmados, aunque si se pide por el in- teresado no se publicará la firma, y que sean remitidos por el conducto de personas conocidas en esta Corle los que por su naturaleza exijan mayores garantías. RESUMEN. Terapéctica. Acción especial del gas ácido car- Ltioico contra el cólera.::=Cirdjia practica. Con- sideraciones sobre los casos en que es precisa la amputación del cuello del útero.—Farmacia. Nuevas investigaciones sobre el opio.—Corres- P0^'DE^•ClA. Comunicado sobre el ricino: Otro sobre la vacuna, zz: Variedades. Kepresentagion HECHA Á S. M. por varios MéDICOS DE ESTA Ca- PITAL E.V SOLtClTOD DE REFORMA DEL Re&LAMENTO DEL AÑO 1827 Y DEL ARREGLO DE LA FaCULTAD.:^ Vacantes. TERAPÉUTICA. De la acción especial del gas ácido carbónico para detener y curar el cólera—morbo, por don J, Pas- cual, profesor de Medicina en Malaró, Multa jam finnt, fieri quE posse negabam, £t uihil esl de quo non sit habeuda fides. QVID. ELEG. La aparición continua de remedios especiales para combatir los efectos de esta enfermedad deso- ladora, V la ineficacia, inutilidad y perjuicios que en sus decantadas virtudes ha encontrado el médi- co práctico en el momento de fiarse de los desme- surados elogios con que se han encarecido; harán quizá mirar á este nuevo agente terapéutico como otro de los infinitos anuncios con que se han de- corado las esquinas, se han llenado las columnas de los periódicos políticos, y en fin se ha trafirado harharamcnle con la credulidad é ignorancia del vulgo, siempre fácil y nunca escarmentado. Pene- trado por convencimienlo de la necesidad y obli- gación que tiene el rlúiico observador é historia- dor de usar el lengu.ijc de la sinceridad y de la franqueza, impulsado solo del desco'de ser útil á la humanidad y á la ciencia; voy á presentar el resultado de la administración del gas árido carbó- nico contra el cólera que ha reinado en esta ciudad deMataró, (ImHc el día 8 de octubre de i834 has- ta el 12 de diciembre del mismo. En los primeros dias de la aparición de la enfermedad se trataron todos los Invadidos con el método totalmente an- tiflogístico. El haber perecido tres ó cuatro per-i sonas de notabilidad que se sujetaron á la influcn-j cia de este tratamiento, le desacreditó c hizo mi-j rar á la sangría como el pasaporte para el olroi mundo. A pesar de todo , sea dicho en honor de la verdad, que aun en aquellos dias sacamos po- deroso partido de este método; de suerte que po-' dcia citar dos casos apuradísimos en, quienes cada evacuación de sangre parecía darles nueva vida. A pesar de todo, siendo así que los médicos de esta ciudad profesan la doctrina razonada del sis- tema del reformador de Val-dc-grace, nos lamen- tábamos mutuamente de la ineficacia del método anliflogíslito para detener la diarrea y ansiedad colérica en varios casos, cuando le habíamos vis-? to dos meses atrás en los varios cólicos que do- minaron producir tan prontos y seguros resulla- dos , lo qu2 fue causa de parecemos entrever algo mas que la irritación común en medio de los síntomas protheiformcs de semejante dolencia. Es- ta sospecha filosófica y la coetánea aparición de un. profesor inglés que contaba ventajas asombrosas de la administración del gas ácido carbónico en Barcelona , nos hizo poner en relación con este sa- bio, y habiéndonos regalado un opúsculo en que- presentaba su nuevo método , empezamos á ponerle en práctica con aquella reserva que la crítica y la prudencia exigen en semejantes casos. Esto se ve- rificó en el período de incremento; ¿pero cuál fue la feliz sorpresa nuestra cuando vimos absoluta- mente á todos los enfermos que nos llamaban an- tes de haberse pronunciado el colapso ó estado de algidcz , cambiar como por encanto su estado pa-t tológico bajo la inmediata influencia del gas? Es- ten ustedes ciertos que no abulto los hechos; pero es necesario haberlo visto para creerlo. Todos los profesores nos contábamos niütuamentc la novedad halagüeña que con satisfacción observábamos en los enfermos ; de manera que llegamos á pronos—