Volume 1

Anales historicos de la medicina en general, y biograficos-bibliograficos de la espanola en particular / por Don Anastasio Chinchilla.

  • Chinchilla, Anastasio, 1801-1865.
Date:
1841-1846
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Credit: Anales historicos de la medicina en general, y biograficos-bibliograficos de la espanola en particular / por Don Anastasio Chinchilla. Source: Wellcome Collection.

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    I i I I I I I I el cual erapleal)aii en la perlesía, mal de coi’azon, y contra la hictericia. Las señoras usaban de su agua para her- mosear su cútis.” De este testo de Plinio, se deduce claramente que los betones tuvieron conocimiento de las enfermedades si- guientes; la debilidad de estómago y de la vista, los ílujos de sangre, la ceá- tica, la sabura gástrua, los tumores y roturas de las venas (jiacaso las san- grías?), la cefalalgia, la perlesía, el mal de corazón y la hictericia. Conocieron diferentes formas de prescripción. Los polvos, el cocimien- to, embrocaciones, cataplasmas, epito- mas y colirios. Preparaciones medicinales. Vino, vinagre y aceite. Ademas de esto aña- de Plinio : «Sacaban sales de los leños y yerbas que quemaban: descubrieron las propiedades de la sal, que llevaban á Italia á venderla: preparaban sal ar- tificial de igual fuerza que la marina.” De todos estos pasages de Plinio, consignados en su articulo de los in- ventores de la medicina, se deduce evidentemente, que*nuestros antiguos betones tuvieron ideas positivas de esta ciencia. Ademas de estos conocinaientos, los turdetanos , dice Strabon, tenian gra- ¡ mática, conservaban escritas las me- i , morías de la antigüedad, y tenian poe- ¡ j mas y leyes en verso, compuestas co- ¡ | mo ellos dicen, 6000 años. I Sin embargo (¡ue algunos historia- i I dores remiten d los españoles d tratar este punto , entendiéndose con los chi- nos, no creo que sea tan absurdo el re- lato de Strabon, atendiendo á que en aquella época babia años de cuatro, seis y nueve meses , y no solares como los de ahora, al finias Idpidas.) C5.aFÍTUIa© SEGUSí®©, MEDICINA CELTIBERA-ESPAÑOLA. FaESENTADAya la historia de la medi- cina hispano-fenicia, nos llama la aten- ción otro origen de nuestra ilustración, que merece tratarse por separado. Sin entrar en esas intrincadas cues- tiones , sobre el origen y época de la venida á España, el mayor ó menor dominio en ella por los celtíberos, me contentaré con ofrecer á mis lectores lo que únicamente pertenece á nuestro obgeto •, pero antes de manifestar la^ instrucción que de ellos recibieron los españoles, creo oportuno hacer una li- gera reseña de su cultura, con tanta mas razón, cuanto que nuestros histo- riadores , embelesados con los griegos y romanos, nada ó muy poco nos han dicho de los celtiberos, cuyos filósofos llegaron á ser la admiración de la an- ^ O tigüedad. Los filósofos celtas se dividían en tres clases, á saber; los vates ó euvates, los hastíos y los druidas: estos fueron los mas célebres entre todos. Enseñaban varias ciencias : tenian sus escuelas en cuevas muy ocultas : su doctrina toda era un conjunto de misterios ; por lo cual conservaban en los pueblos el tí- tulo de oráculos. Los druidas eran á un mismo tiempo r/ocío/’e.v, sacerdo- tes, médicos y jueces : se reputaban intérpretes de los dioses, partícipes de sus secretos, y mediadores entre los dioses y los hombres. Ellos estaban encargados de la di- rección de los pueblos y de su salud; curaban las enfermedades con reme- dios naturales, pero administrados con misterios. Veneraban á Mercurio, co- mo presidente de los caminos; á Apolo, como dios de la medicina; á Marte, co- mo el de la guerra; á Minerva, como la diosa de las ciencias y artes, y á Jú- piter, como emperador del cielo y de la tierra. Los druidas se dedicaron al estudio I «