La viruela en la América del Sud y principalmente en la República Argentina : historia, estadística, clínica, y profilaxia; epidemiología.

  • Penna, José, 1855-1919
Date:
1885
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Credit: La viruela en la América del Sud y principalmente en la República Argentina : historia, estadística, clínica, y profilaxia; epidemiología. Source: Wellcome Collection.

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    Plata y Tucuman, debida al P. Guevara y publicada en la Revista del Rio de la Plata, por Andrés Lamas, se lée en la página 44, donde se habla de sus enfermedades, médicos y hechiceros que ellos denominaban chupadores y zajadores 1 lo siguiente: «Que era creencia en ellos que todas las enfer- « medades á escepcion de las viruelas, provenían del Ayacuá, « que era en el sentir de los Indios, el gorgojo del campo « que aunque pequeño de cuerpo, marcha armado de arco, « flechas y piedras, las que despedidas, van á determinar « la enfermedad que mata ó el dolor que aflije...» Esta curiosa concepción nosogénica que hace derivar to- das las enfermedades, menos la viruela, de la influencia material y directa de ungénio superior y maléfico, se adap- taba perfectamente a la inteligencia limitada de los indígenas, sustentada como estaba por la superchería y prestidigitacion de sus sagaces hechiceros; y nos demuestra de paso, que la esclusion etiológica que hacían sobre la fiebre eruptiva, debía reconocer por causa la ignorancia del gorgojo (especie de microbio indígena?) que la determinaba, inculpándola por lo tanto, á los únicos que realmente se la habían llevado: á sus dominadores. La introducción de la viruela, enfermedad ignorada hasta entonces en América, y sumamente peligrosa en este clima, contribuyó tanto al esterminio y á la despoblación del Perú, que pocos años después de su conquista, parecía absoluta- 1 El nombre de chupadores provenía deque sus curanderos, prevalidos, tal vez, de esta etiología que ellos mismos habían inventado, ocultaban con anticipación en su boca, espinas de pescado, puntas de flechas, pie- dras, etc., los que, después de chupar ó aspirar con los labios la piel de los puntos lesionados de sus enfermos, estraian y mostraban á los clientes la materia pecante de que los habían desembarazado. Los zajadores ha- cían lo mismo, previa incisión de la piel.