Ensayo practico sobre la accion terapèutica de la aguas minerales : novisima recopilacion de cuanto se ha escrito hidrologia general y especial, por los. Sres. Chenu, Anglada, Patissier, Marchant, Bedoya, Limon Montero, Gonzalez, Crespo y otros. ... / Por D. Raimundo de Monasterio y Correa.

  • Monasterio y Correa, Raimundo de.
Date:
1850
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Credit: Ensayo practico sobre la accion terapèutica de la aguas minerales : novisima recopilacion de cuanto se ha escrito hidrologia general y especial, por los. Sres. Chenu, Anglada, Patissier, Marchant, Bedoya, Limon Montero, Gonzalez, Crespo y otros. ... / Por D. Raimundo de Monasterio y Correa. Source: Wellcome Collection.

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    fuentes de Siberia estaban colocadas al lado de las mas céle- bres de Francia y de Alemania. Una porción de circunstan- cias difíciles y largas de enumerar hicieron que trascurriesen muchos años sin que nadie se ocupase del estado de las aguas minerales , y en 1800 aparecieron los trabajos de Saunders, Graaf (i 805) , Bouillon Lagrunge (1811), Patissier (1813), Anglada , Manhant, Ballart, Kreysic, Fontan, Merat y Delens en Francia: González Crespo, Juan deDiosAyuda, Cerdan , Lemus, A ndueza, Enciso , Ortega, Delgrás , Ba- ñares, Capdevila, Lenlijo y algunos otros en España. El descubrimiento del iodo en las aguas minerales data de algunos años solamente , y se debe á Angelini y Cantu. Esta noticia , como se ve, no es mas que un resumen muy breve de la historia de las aguas minerales: para ha- cerla tan completa como merece seria preciso escribir un grueso volumen y tener á la vista centenares de memorias, estraviadas unas , incompletas otras , y exageradas las mas. Concluiremos haciendo una reseña sobre la antigüedad do los baños y las diversas clases que hay de estos. Según parece , los hombres empezaron por bañarse en sus casas é introdujeron baños particulares aquellos que te- nían mas comodidades : se calculó después que seria muy conveniente , viviendo en sociedad , tener baños públicos, y se eligieron los puntos en que había aguas termales en razón de la ventaja que proporcionaba su temperatura. El lujo fue poco á poco decorándolos supérflua y sensualmente, y aun quedan restos de aquellos baños suntuosos de los tiem- pos de Nerón , Diocleciano, Tito y Trajano en la antigua Roma. Ya hemos visto que las licencias cometidas en ellos y los escándalos obligaron á Adriano á dar órdenes para que no se permitiesen bañar colectivamente ios dos sexos; siendo preciso para atajar tanto abuso condenar á muerte al hombre que forzase la entrada de los baños de las mujeres y á la confiscación de bienes y la repudiación á la mujer que pe-