Respuesta al libelo infamatorio publicado por el Lic. Antonio Escoto, bajo el título de Contestacion del Jalisciense á las nuevas reflecsiones que sobre el reglamento de la enseñanza médica publicó el autor del Aviso, Doctor Indelicato.

  • Indelicato, José.
Date:
1841
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Credit: Respuesta al libelo infamatorio publicado por el Lic. Antonio Escoto, bajo el título de Contestacion del Jalisciense á las nuevas reflecsiones que sobre el reglamento de la enseñanza médica publicó el autor del Aviso, Doctor Indelicato. Source: Wellcome Collection.

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    :—20.-— Tendría mucho aun que decirte. El tiempo me falta por ahora. Espero que me escribas otra vez. Adiós. Demopiiilo. JESTRACTOS de la segunda y tercera Carta sobre las Revoluciones, de El Amigo del Pueblo. [*] 1. 9 ^ ^ Aunque nada me parezca tan fácil, querido Philalé- thes, como demostrar la falsedad de algunas de tus ideas acerca de las revoluciones, y la inesactitud de todas; sin embargo, por poco no prefiero en esta ocasión el mas pro¬ fu ndo silencio al placer de contestarte. Hay ciertas o- piniones que chocan tanto con la razón jeneral de los hombres, que es casi escusado del todo indicar por don¬ de cojean, y se las honra demasiado impugnándolas. En los primeros siglos del renacimiento de las letras; cuan¬ do los eruditos averiguaban con el mayor cuidado los va¬ rios títulos de los autores antiguos á la producción de. aquellas obras del jénio que habían quedado por tanto tiempo enterradas en la barbarie universal, y se iban una tras otra descubriendo; podía ser interesante discutir si es¬ te ó aquel libro de historia, p, e.; una ú otra comedia 6 fábula, uno ú otro rasgo de sublime crítica ó filoso- fia, habían sido la obra de Tito Livio ó de Yarron, de Terencio ó de Plauto, de Cicerón ó de Quintil ian.o. 31 as, al momento que á un literato llamado Harduino se le o- currió sostener que todas las obras clásicas atribuidas je- neralmente á Iqs antiguos griegos y romanos, no habían sido mas que producciones de lós frailes del sétimo y oc¬ tavo siglo, y que el Tu Marcelas eris, y el segundo li¬ bro de la divina Eneida habian salido de la celdilla de un hermitaño, entonces no pareció ya conveniente ocu¬ parse con seriedad de aquella paradoja, y una sonrisa de desprecio fué solo el modo con que jeneralmente se creyó deber confutarla. (*) Nuestra intención hubiera sido publicarlas todas por entero, á fin de llenar completamente el objeto espresado en ¡a nota de la páj. 1. Las ocupaciones extraordinarias de la Imprenta de i Gobierno después del pronunciamiento, no han permitido á su administrador llevar á su fin la impresión total de nuestro cuaderno, tan pronto como lo hubiéramos deseado y nos hallábamos empeñados á hacer¬ lo para con el público. Por el tanto, hemos creído que debia bas~ tamos el publicar de ellas upo ú otro fragmento. Los liemos t«~ #mdo al. acaso. v